Nosotros estuvimos en Roma
Ha sido una experiencia maravillosa que recordaremos siempre. El jueves 28, a las 24:30h nos poníamos en camino 50 jóvenes con nuestro Obispo. A las 07:00 cogíamos el avión en Madrid hasta Milán. Y de milán a Roma; a las 18:00h hacíamos nuestra entrada en la Ciudad Eterna.
Maravillosa acogida en la Parroquia Regina Pacis que nos alojó en uno de sus salones. Celebramos la Eucaristía y disfrutamos de un plato de pasta preparado para nosotros por Cecilia y su novio, generosísimos y atentísimos con nosotros. No sabemos cómo recompensarles. Nos acostamos pronto porque nos esperaban duras jornadas.
El viernes dedicamos todo el día a visitar los principales lugares de Roma. Comenzamos, no podía ser de otro modo, por el Vaticano y la Basílica de San Pedro. Tiempo de rezar, de hacer fotos, de disfrutar de tanto arte. Los más atrevidos hasta subieron a la cúpula para disfrutar de la vista. El siguiente destino fue San Juan de Letrán, catedral del Papa. En sus alrededores comimos. Además de la Basílica visitamos el baptisterio y la Scala Santa. A continuación nos dirigimos a Santa María la Mayor, donde celebramos la Eucaristía. El atardecer todavía nos deparó visitas hermosas: Plaza de España y la Fontana de Trevi. Terminamos el día en el tradicional barrio del Trastévere. Visitamos su basílica y cenamos en sus típicos restaurantes.
La jornada del sábado nos permitió nuevas visitas. De la Roma Cristiana a la Roma Romana. Comenzamos por Santa María in Cosmedin y la Voca della Veritá. Desde allí al Campidoglio, Santa María in Ara Celi, los foros romanos y el coliseo. En La Iglesia del Gesú celebramos la Eucaristía y rezamos en la tumba de San Ignacio. Todavía antes de comer visitamos la Iglesia de San Marcos, el Panteón y la Plaza Navona. Después comida y tiempo libre.
Al final de la tarde nos acercamos al lugar donde se desarrollaría la Vigilia, el Circo Massimo, aunque pronto decidimos dirigirnos a San Pedro a comenzar la cola para el día siguiente.
Una noche de locura. 12 horas de cola a lo largo de la Via della Conciliazione. Pisotones, empujones, pocos baños, muchas horas de pie… Algunos no aguantaron la presión y decidieron salir a zonas más cómodas. Los más esforzados obtuvieron su recompensa. a las 7 de la mañana estaban colocados en la plaza de san pedro para contemplar el acontecimiento.
La plaza repleta, el altar precioso, la música una maravilla y a las 10:43 el momento emocionante en que Benedicto XVI proclamó Beato a Juan Pablo II y se descubrió el tapiz con su rostro en la fachada de S. pedro. Después se colocó su reliquia en el altar. Un larguísimo aplauso y nuestros ojos llenos de lágrimas. Una emoción indescriptible.
El cansancio era grande. Superada la salida de tanta gente y nuestra propia dispersión conseguimos reunirnos para regresar a la parroquia y hacer las maletas. Antes de partir celebramos la Eucaristía en la parroquia y pudimos dar públicamente las gracias por tantas atenciones.
De nuevo a Milán, de nuevo a Madrid, y de nuevo a Astorga.
Inolvidable. Un acontecimiento histórico del que podremos contar que nosotros estábamos allí. Una gracia y una bendición.
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