Testimonio ULELN
El pasado 1 de marzo, tuvimos en Ponferrada: Una luz en la Noche.
A pesar de que ese sábado comenzaba el puente de carnavales y de que había estado lloviendo todo el día; desde el comienzo de los preparativos de aquella tarde, ya se podía sentir la presencia del Espíritu Santo con nosotros.
Era la primera vez que participaba y me tocó el ministerio de la calle. Desde que salimos, y hasta nuestro regreso a la Basílica de La Encina, no llovió ni una sola gota y la temperatura era buena.
Reconozco que salí con inseguridad y prejuicios. Con la idea equivocada, de que los jóvenes nos iban a rechazar y se negarían a escuchar la invitación de conocer a Jesús.
Todo aquello, no era más que falta de fe y un montón de prejuicios; porque en esa noche, nadie nos contestó mal ni reaccionó de manera inapropiada. A las personas que no les interesaba, simplemente pasaban de largo.
Pero aquellos jóvenes que se pararon a hablar con nosotros: escuchaban, preguntaban, se extrañaban, mostraban curiosidad,… TODOS reaccionaban.
De aquellos jóvenes a los que invitamos, a los que ponemos cara y de los que conocemos su nombre; no sabemos quiénes ni cuántos acudieron a ese encuentro con Jesús aquella noche. O quiénes se acercarán otro día. Pero de lo que estoy segura, es de que el Espíritu Santo tocó su corazón: generando inquietudes, creando un cambio de actitud o mostrándose más receptivos a hablar de la Iglesia y de Jesús.
GRACIAS, SEÑOR, por esta experiencia, por todos aquellos que la hicieron posible, por todas las personas que ejercieron su ministerio aquella noche y por aquellas que lo hacen a diario.
Pero sobre todo, GRACIAS, SEÑOR, por todos los jóvenes que pusiste en nuestro camino. Te pido, Señor, que sigas iluminando sus pasos para que no se pierdan en su camino hacia ti.
¡BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR!
Lorena Cordero.