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Jubileo de los Jóvenes Roma 2025 - Del 28 de Julio al 3 de Agosto - Próximamente, más información

Testimonio del «Summer Event»

     Muchas veces el miedo o incluso la cabezonería nos hacen perdernos las cosas importantes de la vida, pero, a veces, gracias a un milagro obrado por Dios y a la gente de tu alrededor, nos paramos a pensar y somos capaces de ver que igual es otro el camino que tienes que seguir y estabas completamente equivocada.

     Cuando hace unas semanas me invitaron oficialmente al Summer Event 2014, dije que no; no tenía días libres y otras excusas varias…pero, en el fondo, había algo dentro de mí que me decía que no me lo podía perder, que me iba a venir muy bien, y no imaginaba hasta qué punto esto era cierto.

     Así que, después de arreglar todo, y junto con un grupo de sacerdotes, seminaristas y jóvenes de la Diócesis, emprendimos rumbo a Barcelona para vivir unos días de Evangelización junto con otros jóvenes venidos de distintas Diócesis españolas e incluso de Italia y Francia.

     Al llegar, una cena de gala nos esperaba y todos los miedos e incertidumbres que llevas desaparecen; allí todos somos una familia con un objetivo en común: llevar a Jesús a todo el mundo, especialmente a otros jóvenes que aún no lo conocen o no saben que sólo en Él está la verdadera felicidad.

     ¡Y qué mejor que hacerlo en los ambientes donde se mueven los jóvenes! Así que, después de un día de interesante y útil formación impartida por Don Andrea y Chiara (a los que todos estamos infinitamente agradecidos por su esfuerzo, dedicación y entrega), el sábado de tarde nos fuimos a la Villa Olímpica de Barcelona y sus playas a evangelizar. Cuál no sería mi sorpresa, que me tocó salir de pareja con Luigi, un chico italiano maravilloso que, aunque yo no conocía su idioma, me lo puso todo súper fácil y, poco a poco, te das cuenta de cómo para el Señor no hay imposibles, porque entre los dos, entre su idioma y el mío, conseguimos llegar a muchos jóvenes, que nos escuchaban y nos acogían mucho mejor de lo que hubiéramos imaginado.

     Pero el broche de oro vino ese mismo día con Una Luz en la Noche, una noche de evangelización, con Jesús esperando a todos en la iglesia de San Jaume, en el centro de Barcelona.

     De todo lo que me podía haber tocado hacer, el Señor me regaló lo que más miedo y respeto me daba: salir a las calles. Pero bien es verdad que sabe lo que hace y, junto con Edu, un seminarista de Tarrasa, genial y con una paciencia infinita, y con María José, joven de la Diócesis de Vic, que intercedía por nosotros, conseguimos vencer los obstáculos que se nos iban presentando y llegar a muchos jóvenes que al principio no entendían cómo era eso de que Jesús les estaba esperando en la iglesia, pero que luego muchos de ellos aceptaron la invitación y acudieron a la iglesia viviendo, tanto ellos como nosotros, una experiencia muy emocionante. Te das cuenta de cómo los milagros sí existen, cómo no debes tener miedo de anunciar a Jesús porque Él te dará la fuerza, la alegría y las palabras que necesitas para llevar a cabo su misión.

     Han sido unos días fantásticos, para repetir sin duda, y sólo me queda dar gracias por todas las personas que he conocido estos días y que ya tienen un huequito en mi corazón; por todos a los que nos hemos encontrado; a los que de un modo u otro confiaron en mí y me ayudaron a tomar la decisión de apuntarme e ir y, sobre todo, al Señor, por haberme concedido este inmenso regalo.

Beatriz Rodríguez (Diócesis de Astorga)